Toldos, sólo necesitas un euro para limpiarlos: es el único método barato que existe
Los toldos son un elemento estético funcional para los espacios exteriores. Protegen de los rayos del sol y crean un entorno agradable en el que permanecer incluso durante los días más calurosos.
Sin embargo, de cara al verano y debido a la exposición a las inclemencias del tiempo, el momento de la limpieza se acerca cada vez más, ya que los toldos tienden a acumular polvo y manchas debido a su funcionamiento, por lo que a continuación le explicamos cómo limpiarlos.
Desgraciadamente, los productos especiales o los expertos especializados en la limpieza de este tipo cuestan mucho dinero y muchas veces sólo consiguen el objetivo deseado al cabo de un tiempo, por lo que es recomendable que, al menos en un principio, intente hacerlo usted mismo, buscando una forma barata pero eficaz de mantener sus toldos relucientes.
Lo primero que hay que hacer cuando se decide limpiar toldos sin ayuda es valorar el tipo de tejido. Dependiendo del material, habrá que aplicar distintas medidas y, en caso de duda, se pueden consultar las etiquetas o instrucciones facilitadas por el fabricante.
Para la limpieza, es necesario eliminar el exceso de polvo y la suciedad ligera, así como las hojas y pequeños residuos. Un cepillo de cerdas suaves o un paño de microfibra para frotar suavemente serán más que suficientes.
Cómo limpiar toldos
Una vez hecho esto, hay que pensar en preparar un detergente de bricolaje, por ejemplo mezclando agua templada y un detergente suave, como jabón de Marsella o lavavajillas líquido. Durante este procedimiento, es importante no incluir en la solución agentes blanqueadores químicos ni detergentes agresivos.
A continuación, se puede utilizar el mismo cepillo (o paño) para aplicar el detergente en la superficie del toldo, teniendo cuidado con trabajar en pequeñas secciones cada vez y masajeando enérgicamente donde se presenten las manchas más difíciles.
La forma más barata de limpiar toldos
Una vez aplicado el detergente, basta con enjuagarlo y dejar que el toldo se seque al aire sin cerrarlo, para eliminar la espuma residual y evitar la formación de moho.
Si no se quiere utilizar un limpiador de bricolaje, se puede ahorrar dinero en la limpieza optando por el limón. De hecho, el zumo de limón es un excelente agente blanqueador y, además de ser un producto superbarato, puede dar nueva vida a los toldos y mantener una ligera fragancia cítrica durante largos periodos.