Han descubierto, entre las muchas especies inexploradas del planeta, una nueva especie de insecto que se distingue por su peligrosidad. Averigüemos juntos de qué se trata.
A pesar de que el mundo de los animales es bastante conocido para la ciencia -hemos estudiado, por ejemplo, el 100% de las aves, no quedan otras especies aéreas por descubrir-, el mundo de los insectos está aún por explorar. Y a menudo, a través de estas exploraciones, de estas investigaciones científicas, pueden aparecer insectos tanto realmente aterradores como asombrosos. ¿Insectos o extraterrestres? Al bromear, surge la duda. De hecho, este caso plantea la duda de que sólo los humanos posean ciertas habilidades, ciertas bazas vitales para nuestra supervivencia.
En Australia, tierra conocida por la mortandad de las especies que la habitan, unos científicos han hecho un peculiar descubrimiento, cuyos resultados se han publicado en la prestigiosa revista Biology Letters. Se trata de un estudio publicado por biólogos de la Universidad Macquarie, realizado sobre algunas especies de insectos.
Se trata de los llamados ‘bichos asesinos’, conocidos por la especial maldad con la que matan y se comen a sus presas. No es casualidad que, desde un punto de vista técnico, los bichos en cuestión hayan sido analizados por su comportamiento denominado «depredador».
¿Cómo funciona la caza de chinches asesinas? Normalmente, las chinches utilizan su probóscide para golpear a su presa e inyectarle enzimas digestivas en el cuerpo. Éstas, a su vez, impiden cualquier movimiento de la presa, que acaba muriendo. A continuación, el insecto succiona su «contenido» y sólo queda el horrible esqueleto de su víctima.
Por si este sangriento comportamiento no fuera ya lo bastante horripilante, se ha descubierto cómo los bichos utilizan trampas caseras para impedir que sus víctimas se escapen. En concreto, utilizan una sustancia específica para ralentizar los movimientos de sus víctimas e impedir que se escapen antes de que las enzimas actúen con toda su virulencia.
En concreto, los bichos utilizan la resina de la hierba Spinifex, conocida por ser extremadamente pegajosa. Los bichos se embadurnan con ella en grandes cantidades para «pegar» mejor a sus presas cuando las atrapan.
Se trata de un ejemplo más único que raro de manipulación de un objeto por parte no de un ser humano, ni de un animal, sino de un insecto. Hasta hoy no se creía que esto fuera realmente posible. Si estos bichos le asustan, no pase noches en vela: sólo puede encontrarlos en Australia, a diferencia de los bichos «no asesinos» que también están presentes en España.
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