Hoy en día, parece imposible vivir sin la tecnología, la red y la conexión a Internet. Ahora utilizamos todo esto de forma generalizada tanto por motivos puramente privados como profesionales. Y cuando, con la llegada del Covid-19 y los diversos confinamientos, se intensificó el teletrabajo, se hizo aún más importante disponer de conexiones rápidas, estables y seguras en casa.
En el caso de las familias numerosas, en las que también hay personas muy jóvenes y niños, se disfruta mucho del Wi-Fi, que por tanto debe estar presente en todas las zonas de la casa y llegar a todos los dispositivos, por lo que hablamos de PC, tanto fijos como portátiles, pero también de teléfonos móviles, tabletas e Ipads.
Además, con la llegada de la televisión en streaming, que ahora es muy popular, y de las diversas plataformas que surgen como hongos, ofreciendo una gama de productos decididamente vasta y diversificada, el uso de Internet, y en particular del Wi-Fi para uso doméstico, se ha vuelto casi imprescindible.
El problema surge cuando hay que utilizarlo simultáneamente en varios dispositivos. Y si la conexión no es de las mejores, ¡puede haber mucho dolor! Por supuesto, el mal tiempo puede causar problemas de este tipo, pero también hay que decir que a veces pueden ser tristemente estimulados por una mala cobertura de la red.
Por lo tanto, sería bueno, antes de elegir la empresa en la que vamos a confiar, comprobar nosotros mismos este aspecto, entrando en su sitio web oficial y, en la zona expresamente dedicada a este aspecto, comprobar cómo son realmente las cosas. No es difícil ni imposible hacerlo, ¡sólo necesitamos dedicar un poco de nuestro precioso tiempo!
Basta con escribir la zona y la dirección de nuestra casa para hacer dicha comprobación. Además, también podría ser interesante la clásica comparación con otras personas que viven cerca de nosotros para preguntarles en qué compañía han confiado y si están a gusto con ella. Es aún mejor si luego nos comparamos con vecinos que hacen un amplio uso de Internet para cualquier necesidad.
Por supuesto, también hay que comprobar el coste mensual y anual del contrato, pero nunca hay que fiarse de los que son demasiado baratos. Así que asegúrese de desembolsar entre 30 y 35 euros al mes. Sin embargo, además de fijarse en la velocidad de tu Wi-Fi, también hay que fijarse en su estabilidad. Otro aspecto que no debe subestimarse es la disponibilidad de asistencia, en caso de que la necesite, así como la puntualidad con que se producen las intervenciones en caso de averías o anomalías.
Por último, antes de firmar cualquier contrato, léalo detenidamente y, si no tiene claro algún punto, pida más información y aclaraciones a un abogado de su confianza. A pesar de eso, lo cierto es que antes de firmar tiene el derecho a reflexionar y llevarse a casa una copia del contrato en cuestión.
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