Las elevadas facturas de los servicios públicos siguen preocupando a los españoles: esto es lo que hay que hacer para reducir considerablemente el consumo y ahorrar más de mil euros al año en las facturas domésticas.
Para conseguir un ahorro real en las facturas domésticas, hay que cambiar algunos hábitos: revisar nuestras acciones cotidianas y aprender a utilizar «buenas prácticas» que nos permitan ahorrar energía y reducir costes.
Uno de los mayores derroches procede del uso de electrodomésticos antiguos: adoptar un sistema más eficiente desde el punto de vista energético permite ahorrar más de doscientos euros al año. Esta sugerencia debe combinarse con el consejo, que pronto podría convertirse en obligación, de bajar un grado la temperatura de los radiadores, con lo que se ahorran unos 230 euros en doce meses.
Ajustar el termostato de la caldera a no más de 50 grados y preferir las duchas rápidas ahorra unos 250 euros. Esta es una elección que no sólo alegra nuestros bolsillos, sino que también resulta excelente para un futuro cada vez más sostenible.
Para reducir el consumo diario de gas hay una técnica cada vez más popular: el «cooking batch» consiste en cocinar los alimentos sólo una vez a la semana para luego guardarlos y recalentarlos cuando se necesiten. Así se podrían ahorrar más de 130 euros al año en las facturas del gas. Otro truco es acordarse siempre de llevar el agua de la olla a ebullición con la tapa puesta, ahorrando así el valioso gas.
El uso de los electrodomésticos es crucial para ahorrar en la factura de la luz. Evitar poner la lavadora cuando no es necesario puede ahorrar casi cien euros al año. Por no hablar del ahorro que supone la decisión de desenchufar todos los aparatos electrónicos que, de otro modo, estarían en stand-by todo el día.
Al comprar detergentes a granel en lugar de los clásicos envases, el ahorro anual está garantizado. Sin embargo, no basta: incluso el simple hábito de apagar todas las luces cuando no se necesitan es esencial para conseguir un recorte sustancial en la factura de más de 50 euros al año.
También hay que tener cuidado con el lavado: al utilizar la lavadora a 30 °C y sólo cuando está completamente cargada se ahorran más de 40 euros. Una idea excelente si se tiene en cuenta que la mayoría de las familias españolas derrochan energía y dinero en lavados innecesarios a 60 o 90 grados con el tambor medio vacío.
Son muchas las buenas prácticas que deberían adoptarse en la vida cotidiana, no sólo para evitar el derroche de energía y, en consecuencia, de dinero en las facturas, ya de por sí desorbitadas por la crisis energética: también sería bueno para el medio ambiente, sometido a dura prueba por siglos de elecciones y hábitos contaminantes.
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