Algunos malos hábitos pueden ser perjudiciales tanto para nuestra salud como para nuestro bolsillo: cómo utilizar correctamente el aire acondicionado del coche.
Se acerca la estación cálida, por lo que los aires acondicionados de los coches deben prepararse para refrescar el ambiente abrasador de un coche aparcado al sol. A pesar de ser presente en todos los coches, muchas personas no saben cómo utilizarlo de manera correcta.
Cómo negarlo, cuando subes a tu coche un día en el que hace 40 grados, lo primero que se te viene a la cabeza después de encender el coche es poner el aire acondicionado a máxima potencia; sin embargo, no hay hábito peor que eso. No importa cuánto calor haga, la estación del año y la razón por la que pongamos en funcionamiento el aire acondicionado, lo que es seguro es que en el momento en que lo encendamos, debemos colocar el ventilador hacia la parte baja del habitáculo.
Las razones son muchas: en primer lugar, una ráfaga directa de aire puede ser perjudicial para nuestra salud. En invierno, el motor recién arrancado no está lo suficientemente caliente como para activar rápidamente la calefacción, y en verano, el aire que pasa por los conductos calientes no haría más que alimentar el calor dentro del coche. El ventilador sólo debería dirigirse hacia las rejillas de ventilación centrales y el parabrisas cuando se haya estabilizado correctamente.
Otro error que cometemos a menudo está siempre relacionado con la prisa por conseguir la temperatura deseada en el menor tiempo posible: el clásico todo y ahora. En realidad, ajustar continuamente la temperatura tras el encendido, con la esperanza de conseguir los resultados deseados, es totalmente contraproducente y también te explicamos por qué. Al hacerlo, lo único que se consigue es poner en barrena un sistema que se regula a sí mismo, que va cambiando de objetivo cada vez que modificamos la temperatura deseada: basta con pensar en la regulación del agua de un grifo. La mejor solución es fijar una temperatura entre 19° y 22° en verano, para conseguir una refrigeración perfecta.
Una vez que entres en tu coche en verano, se recomienda abrir las ventanillas y conducir así durante unos minutos, incluso antes de encender el aire acondicionado. Luego, al tener un aire acondicionado manual, hay que conectar la recirculación y ajustar el caudal a la velocidad intermedia. Después de un minuto, se puede pasar a la velocidad máxima. Cuando por fin hayas alcanzado la temperatura ideal, es bueno que te acuerdes de desconectar la recirculación para evitar la aparición del sopor con el paso del tiempo, pero también para asegurar la correcta oxigenación del coche.
El aire acondicionado es muy importante, ya que puede reducir significativamente la humedad en cualquier estación del año, como por ejemplo para el empañamiento de los cristales. Precisamente por eso hay que tener cuidado.
El aire acondicionado también puede filtrar el polen, ya que dispone de filtros especiales. Este filtro, sin embargo, debe sustituirse una vez al año para evitar que se obstruya y, en consecuencia, acabe con ruidos molestos y olores desagradables, entre otras cosas, portadores de bacterias. El tabaco es una de las principales causas de obstrucción. Por último, aunque no debería haber grandes problemas con los nuevos sistemas, se recomienda una revisión anual del aire acondicionado del coche.
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