Manía por la limpieza, qué hay detrás de esta obsesión y cómo resolver
La manía por la limpieza une a un gran número de personas, pero ¿por qué ordenar y limpiar se convierte en una obsesión para algunos?
¿A quién no le gusta vivir y trabajar en un entorno limpio? Sin embargo, cuando la limpieza y el orden se convierten en una verdadera obsesión, hasta el punto de convertirse en una razón para vivir, habría que preguntarse si nos pasa algo.
Si la obsesión por la limpieza y el orden es tal que no podemos dormir, hay un verdadero trastorno. Vivir planificando la limpieza y el orden es un problema grave, según una de las revistas más importantes.
Ciertamente, mantener nuestra casa o el lugar donde trabajamos, ordenados y bien organizados, expresa una serenidad y un equilibrio interior envidiables, pero cuando se convierten en templos sagrados, puede significar estar obsesionados por la idea de tener orden a nuestro alrededor y que lo que se salga de nuestro esquema preestablecido nos provoque ansiedad y miedo. Los expertos de la revista han hablado sobre este tema, definiendo este estado como un verdadero trastorno que debe ser reconocido y tratado.
Manía por la limpieza: cómo curar esta obsesión
Según los expertos de esta revista, cuando tenerlo todo limpio y siempre en orden se convierte en una verdadera ansiedad, significa necesitar el control sobre nuestra vida, intentar escapar de las emociones que nos asustan y que podrían crear el caos en nuestra existencia. Los estudiosos hablan también de un deseo de hacer frente a una inseguridad que escapa a nuestro control o de una necesidad moral de tranquilizar nuestra conciencia, por lo que el orden y la limpieza nos harían sentir en paz con nosotros mismos. En otras palabras, la limpieza y el orden se verían como un ritual a través del cual intentamos mantener un delicado equilibrio que nos permita avanzar, pero que, al mismo tiempo, no nos deje libres para experimentar nuestras emociones y cambios.
Por eso, los expertos de la revista explican qué es lo mejor para curar esta obsesión. Según los estudiosos, es bueno no guardar rencor y ser siempre franco y directo, expresando los sentimientos que tenemos ante una situación determinada. Además, sugieren que nos centremos en las cosas que realmente nos gusta hacer. Evitemos darles vueltas a las cosas y dediquemos tiempo a la relajación total.
Tener una casa o un lugar de trabajo limpios y ordenados es un deseo comprensible, siempre que siga siendo un hábito que podamos controlar.