Test, puedes saber si eres un psicópata por un… ¡bostezo!
Casi todo el mundo cree haberse encontrado con varios psicópatas a lo largo de su vida, pero ¿estáis realmente seguros de saberlos reconocer, o corréis el riesgo de caer en una trampa?
Un estudio científico ha encontrado una correlación entre los bostezos y la psicopatía, y los resultados son bastante curiosos y nos permitirán comprender mejor a quienes nos rodean. He aquí los resultados de las pruebas realizadas por los expertos estadounidenses y cómo interpretarlos.
Según la medicina, la psicopatía se puede definir como un trastorno de la personalidad caracterizado por ciertos aspectos comunes como el comportamiento antisocial, el egoísmo, la desinhibición y, sobre todo, la falta de empatía. Justo este aspecto ha sido fuertemente analizado por científicos de todo el mundo, ya que se considera un punto clave para reconocer a una persona con este trastorno.
La empatía es la capacidad que tiene el ser humano para comprender y sentir lo que siente otra persona, viendo las cosas desde su perspectiva sin juicios ni preconceptos personales. Las personas con psicopatía son incapaces de sentir esta emoción y, además, suelen utilizar técnicas de seducción y manipulación para obtener ventajas personales.
El estudio de 2015 sobre el tema se publicó en la revista científica Personality and Individual Differences y analizó la correlación entre el bostezo, uno de los gestos más naturales e instintivos que realiza el ser humano, y la psicopatía, que afecta a alrededor del 1% de toda la población mundial.
Cómo reconocer la psicopatía por un bostezo
La investigación se llevó a cabo en la Universidad Baylor de Texas y contó con 135 participantes, que se colocaron en un entorno altamente relajante y, por tanto, perfecto para bostezar. Los resultados confirmaron que los que conseguían bostezar mientras miraban a los demás no mostraban signos de psicopatía, mientas que los que son más inmunes a la empatía no revelaron ningún intento de bostezar.
El bostezo «empático» está presente en los seres humanos desde una edad muy temprana, hasta el punto de que un estudio examinó cómo se produce ya durante la infancia. Por tanto, este proceso concreto se sitúa en la base misma de la empatía debido a su gran complejidad también a nivel cerebral.
Por supuesto, esto no es más que un pequeño detalle que en ningún caso es suficiente para diagnosticar un trastorno de la personalidad a una persona. Sin embargo, podría ser un pequeño indicio para comprender mejor el carácter de cada persona.